martes, 29 de noviembre de 2016

Estudios Culturales en Latinoamérica

¿Qué son los Estudios Culturales?

Estudios Culturales Latinoamericanos
Los estudios culturales como tal poseen múltiples significados, por lo que no se puede definir como unidad semántica sus funciones u objetos de estudio. Por ejemplo, según Rosas Pineda (2012), los estudios culturales se ocupan de las posibilidades históricas de transformación de las realidades vividas por las personas y las relaciones de poder en las que estas se construyen.
Por otra parte, los estudios culturales se ocupan del papel de las prácticas culturales en la construcción de los contextos de vida como configuraciones de poder y como constituyen el mundo vivido como humano.

Según Quirós (2008) en Rosas Pineda (2012) el objetivo de los Estudios Culturales es definir el estudio de la cultura propia de la sociedad contemporánea como un terreno de análisis conceptualmente importante, pertinente y teóricamente fundado.
Por otro lado, acercándonos a un contexto más nuestro, según Restrepo (s.a.) América Latina, Latinoamérica, latino no son conceptos neutrales que puedan escapar al peso de la historia en la cual han emergido y se han desplegado.

 Walsh (2003) Afirma que el estudios sobre la cultura en América Latina no son distintos sobre los de otras partes del mundo, se caracteriza por su fuerte estructura disciplinaria, ya sea dentre de las humanidades con el eje en la literatura , arte, filosofía, o en las ciencias sociales. 

Martín Barbero y los estudios culturales latinoamericanos
Los pioneros en latinoamericano en los estudios culturales, entre las décadas de los 30 y 40, según apunta Barbero, son el mexicano Alfonso Reyes y su obra Notas Sobre la Inteligencia Americana, en el que aborda que las transformaciones de lo que somos pasa primero por las transformaciones de la lengua, las oralidades y de la escritura. Asimismo, menciona al cubano Fernando Ortiz cuya obra El contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar demuestra ser “el estudio pionero acerca de la sedimentación de los modos de sentir”; y también, los estudios del peruano José Carlos Mariátegui con su obra 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana, Temas de nuestra América es “el primero en atreverse a preguntar, no folclorizar sino sociopolíticamente, de qué mitos comunes estamos hechos los indoamericanos” (Rosas Pineda, 2013).

 Las décadas de los 50 y 60, autores como el historiador José Luis Romero abordan el estudio de la cultura, y deja ver con su obra Las ciudades y las ideas, la primera historia cultural de América Latina. En ese estudio José Luis Romero, al igual que Mariátegui, no se queda sólo en análisis de las cosas y los hechos, sino que analiza las ciudades contadas por los cronistas y los novelistas. Este historiador traza, desde Bases para una morfología de los contactos culturales (1944) hasta Las ciudades y las ideas (1976), una la ruta para un tipo de investigación cultural que, elaborando una tipología histórica de las ciudades posibilita establecer relaciones de fondo entre la cultura, la política y la economía” (Rosas Pineda, 2013).
Las culturas de masa son la que deberían de generar sus propios contenidos y establece a los medios de comunicación los mediadores de cultura. Sin embargo, Barbero señala la importancia que hay en que estos medios divulguen la cultura, pero sin descontextualizarla, y toma los aspectos más cotidianos en que determinada cultura se desenvuelve. Claramente se ve que la propuesta de Barbero en los Estudios Culturales está íntimamente relacionada con los medios masivos de comunicación (Barbero, 1987).
La propuesta de Martin Barbero es colocar el debate sobre la investigación en comunicación en un plano cultural para establecer nuevas pautas de investigación, es por eso que sus investigaciones comienzan a abordar a las mediaciones concepto con el que se refiere a las formas, condiciones y espacio desde que los medios de comunicación son producidos y consumidos; y que consiste en un proceso por el cual el discurso narrativo de los medios se adapta a la tradición narrativa popular del mito y del melodrama en el que las audiencias aprenden a resistir a la hegemonía cultural y reconocer su identidad cultural colectiva en el discurso de los medios (Quirós, 2011, pág. 6)

Y así mismo sugiere tres enfoques de mediación que permite identificar las vertientes de la producción cultural de contenidos:
1) La vida cotidiana familiar y la interacción entre el estilo coloquial íntimo de la televisión y la inmediatez de la rutina diaria y el círculo familiar.            
2) La conexión de los ritmos temporales.  El ritmo temporal de la televisión no se ajusta necesariamente al ritmo temporal de las audiencias.            
3)  Géneros de los medios. La repetición continuada de géneros como las telenovelas es el vínculo mediador entre la televisión manipuladora de masas, comercial y competitiva y la experiencia satisfactoria del reconocimiento de la identidad cultural o de interpretaciones críticas de lo emitido. (Quirós, 2011, pág. 6)

La mediación cultural de Jesús Martín Barbero considera que la recepción de lo que emiten los medios de comunicación, lo que importa no es el mensaje, sino lo que el público recibió, reflexionó, interpretó y se apropió. (Rosas Pineda, 2013)




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