Los Estudios culturales en el ámbito centroamericano, específicamente en los últimos años, existenaunque de manera diferente puesto que la mayoría de académicos en palabras de Fumero (2010), mezclaron sus investigaciones con trabajo y práctica intelectual. Esto significa que los estudios de la región de Centro América comprendían diferentes actividades académicas con participaciones en instituciones públicas, militancia (social y política) o en medios de comunicación.
Los factores que distinguen a los Estudios Culturales Centroamericanos, según Fumero (2010) son, por ejemplo, los movimientos revolucionarios, la crisis de la izquierda y la falta de interés de los académicos en percibir y manifestar los procesos socioeconómicos y políticos. Estos procesos fueron alternativas para que se le diera más relevancia a los Estudios Culturales, con sentido a la poscolonialidad y subalternidad. Los estudios culturales centroamericanos explican esas categorías que se vuelven relevantes para que exista una diferencia entre los estudios latinoamericanos y norteamericanos. Así es como los Estudios Culturales en Centro América parten del estudio de las disciplinas que conforman las ciencias sociales, con el objetivo de dar a conocer situaciones que se estaban viviendo Centroamérica. Sin embargo, las investigaciones dieron un cambio radical puesto que actualmente a los académicos tal como lo dice Borja (2015) les interesa temas como la vida cotidiana, el género, la sexualidad, el estado nación la cultura política, la cultura popular, la vida cotidiana, el género, la sexualidad, la subjetividad, la identidad y la etnicidad.
Algunos de los académicos que se han interesado por los estudios culturales, en El Salvador, son los siquientes:
Rafael Lara-Martínez
Rafael Lara-Martínez se ha caracterizado principalmente por su interés hacia la lengua Nahuát-pipil Tal como se muestra en la gramática Artes de la Lengua Náhuat-pipil (2014) y en el libro Indígena, cuerpo y sexualidad en la literatura salvadoreña(2012) los temas que interesan al autor son: étnica e identidad, cabe recalcar que los grupos étnicos también se diferenciarán en los dialectos que se ejecuten.
Lara Martínez, se ha enfocado culturalmente en las etnias, es decir, lo indígena a través de sus trabajos (libros, artículos, ensayos, y otros). La memoria histórica olvidada por la sociedad salvadoreña y una reivindicación de los pueblos aborígenes de nuestro país (Lara Martínez, 2014). El principal interés del autor es el enfoque reivindicativo, el rescate de la lengua pilpil salvadoreña, puesto que para él no se puede comprender un grupo étnico si no se comprende primero la lengua que habla, pues en la lengua se dan los procesos de comunicación y a través de ella se puede conocer cómo piensa el sujeto.
Lara-Martínez (2014) recalca que no es de interés popular la trascendencia de la lengua Nahuat Pipil, aunque resalta que a María de Baratta le interesa reclamar al indígena. Por otro lado, el enfoque de Lara-Martínez es un nacionalismo con el fin de recuperar y conocer memoria histórica en la sociedad salvadoreña. En este sentido, Lara Martínez (2014) menciona que los académicos estigmatizan lo indígena y lo relacionan con el barbarismo, con los que no tienen voz ni voto en la Ciudad, lo envían a la subalternidad; mismas razones por las que se usan términos como indio para referirse a los pueblos aborígenes.
Amparo Marroquín Parducci
Marroquín Parducci ha realizado y continúa realizando diversos estudios sobre los estudios Culturales algunas de las temáticas sobresalientes son por ejemplo: el estado-nación, la vida cotidiana y la identidad como salvadoreño algunos de los temas que toman algunos literatos para convertirlos en poemas, cuentos y hasta novelas. Con el obajtivo de dar a conocer los desencantos que ha traído no solo ha el grupo de izquierda en el poder y la violencia que existe en El Salvador desde hace muchos años.
Marroquín Parducci (2009) menciona a El Salvador como una nación llena de violencia, en la que hay un especial trato para los políticos y también en las formas de hacer política. Por otro lado, la autora recalca que la migración deja huellas en las familias abandonadas por aquellos que buscan el “sueño americano”, quienes al llegar una nueva nación y a un nuevo contexto se ven marcados por una cultura diferente a la propia, por la política y la violencia que se de en el nuevo lugar en el que se encuentran para obtener mejores condiciones "económicas" de vida.
Asímismo, Marroquín Parducci (2009) explica la individualidad como ciudadanos salvadoreños puesto que cada voz crea o produce una historia diferente sobre la identidad del país. Es así como para la autora hablar de nación es pensar en un punto de tierra donde pueden producirse diferentes actividades tanto positivas como negativas. Tal es el caso de la violencia, la política, la economía, el machismo, el feminismo, el racismo, la pobreza, la desnutrición, y los grupos delictivos como los pandilleros o grupos religiosos que hay al por mayor.
Marroquín Parducci (2009) recalca las categorías: migración, violencias o de la injusticia, puesto que el pueblo salvadoreño está cansando de tanto esperar, que las cosas cambien para bien o para mal o que tanta vida se escape a causa de la ineficiencia. Por lo que la autora sobresalta que es necesario cambiar y despojarse de los deseos románticos del futuro que no se deje ir la vida de los salvadoreños sino que unirse para cambiar el rumbo del país como hermanos.
Los estudios culturales como tal poseen
múltiples significados, por lo que no se puede definir como unidad semántica
sus funciones u objetos de estudio. Por ejemplo, según Rosas Pineda (2012), los
estudios culturales se ocupan de las posibilidades históricas de transformación
de las realidades vividas por las personas y las relaciones de poder en las que
estas se construyen.
Por otra parte, los estudios culturales se
ocupan del papel de las prácticas culturales en la construcción de los
contextos de vida como configuraciones de poder y como constituyen el mundo
vivido como humano.
Según Quirós (2008) en Rosas Pineda (2012) el
objetivo de los Estudios Culturales es definir el estudio de la cultura propia
de la sociedad contemporánea como un terreno de análisis conceptualmente
importante, pertinente y teóricamente fundado.
Por otro lado, acercándonos a un contexto más
nuestro, según Restrepo (s.a.) América Latina, Latinoamérica, latino no son
conceptosneutrales que puedan escapar al peso de la historia en la
cual han emergido y se han desplegado.
Walsh (2003) Afirma que el estudios
sobre la cultura en América Latina no son distintos sobre los de otras partes
del mundo, se caracteriza por su fuerte estructura disciplinaria, ya sea dentre
de las humanidades con el eje en la literatura , arte, filosofía, o en las
ciencias sociales. Martín Barbero y los estudios
culturales latinoamericanos
Los pioneros en latinoamericano en
los estudios culturales, entre las décadas de los 30 y 40, según apunta
Barbero, son el mexicano Alfonso Reyes y su obra Notas Sobre la Inteligencia Americana, en el
que aborda que las transformaciones de lo que somos pasa primero por las
transformaciones de la lengua, las oralidades y de la escritura. Asimismo, menciona al cubano Fernando
Ortiz cuya obra El contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar demuestra ser “el
estudio pionero acerca de la sedimentación de los modos de sentir”; y también, los estudios del peruano José
Carlos Mariátegui con su obra 7 ensayos de interpretación de la realidad
peruana, Temas de nuestra América es “el primero en atreverse a preguntar,
no folclorizar sino sociopolíticamente, de qué mitos comunes estamos hechos los
indoamericanos” (Rosas Pineda, 2013).
Las décadas de los 50 y 60, autores como el
historiador José Luis Romero abordan el estudio de la cultura, y deja ver con
su obra Las ciudades y las ideas, la primera historia cultural de América
Latina. En ese estudio José Luis Romero, al igual que Mariátegui, no se queda
sólo en análisis de las cosas y los hechos, sino que analiza las ciudades contadas por los cronistas y
los novelistas. Este historiador traza, desde Bases para una morfología de
los contactos culturales (1944) hasta Las ciudades y las ideas (1976),
una la ruta para un tipo de investigación cultural que, elaborando una
tipología histórica de las ciudades posibilita establecer relaciones de fondo
entre la cultura, la política y la economía” (Rosas Pineda, 2013).
Las
culturas de masa son la que deberían de generar sus propios contenidos y
establece a los medios de comunicación los mediadores de cultura. Sin embargo,
Barbero señala la importancia que hay en que estos medios divulguen la cultura,
pero sin descontextualizarla, y toma los aspectos más cotidianos en que
determinada cultura se desenvuelve. Claramente se ve que la propuesta de
Barbero en los Estudios Culturales está íntimamente relacionada con los medios
masivos de comunicación (Barbero, 1987).
La
propuesta de Martin Barbero es colocar el debate sobre la investigación en
comunicación en un plano cultural para establecer nuevas pautas de
investigación, es por eso que sus investigaciones comienzan a abordar a las
mediaciones concepto con el que se refiere a las formas,
condiciones y espacio desde que los medios de comunicación son producidos y
consumidos; y que consiste en un proceso por el cual el discurso narrativo de
los medios se adapta a la tradición narrativa popular del mito y del melodrama
en el que las audiencias aprenden a resistir a la hegemonía cultural y
reconocer su identidad cultural colectiva en el discurso de los medios (Quirós, 2011,
pág. 6)
Y
así mismo sugiere tres enfoques de mediación que permite identificar las
vertientes de la producción cultural de contenidos:
1)
La vida cotidiana familiar y la interacción entre el estilo coloquial íntimo de
la televisión y la inmediatez de la rutina diaria y el círculo familiar.
2)
La conexión de los ritmos temporales. El
ritmo temporal de la televisión no se ajusta necesariamente al ritmo temporal
de las audiencias.
3) Géneros de los medios. La repetición
continuada de géneros como las telenovelas es el vínculo mediador entre la
televisión manipuladora de masas, comercial y competitiva y la experiencia
satisfactoria del reconocimiento de la identidad cultural o de interpretaciones
críticas de lo emitido. (Quirós, 2011,
pág. 6)
La
mediación cultural de Jesús Martín Barbero considera que la recepción de lo que
emiten los medios de comunicación, lo que importa no es el mensaje, sino lo que
el público recibió, reflexionó, interpretó y se apropió. (Rosas Pineda, 2013)
ESTUDIOS CULTURALES EN LA ACTUALIDAD
Dentro de los estudios de la comunicación, en las últimas décadas han prevalecido
dos enfoques de estudio de la cultura que no sólo han sido herramientas de análisis
y de estudio sino marcos cognitivos y conceptuales para percibir y concebir la acción
de los medios de comunicación dentro de las sociedades contemporáneas y sus
procesos de incremento de alta complejidad.
Se podría creer que la emergencia de ambas tradiciones de pensamiento y
de estudio de la cultura surgen como una manera de pensar el tiempo dentro del
espacio, en un periodo histórico donde la concepción del tiempo se ha modificado de
manera substancial y ha comenzado a modificar la configuración de la acción dentro
de los espacios antropológicos humanos sedimentados a lo largo de la historia de la
civilización humana, y la aparición de otros espacios antropológicos que se
generalizarían a partir de la década de los ochenta del siglo XX.
Uno de los caminos de estudio de la sociología de la cultura, y que la
distinguirían dentro de sus debates al interior de la teoría social, se refiere a su
orientación hacia estudiar y entender la manera como se produce la cultura en la
sociedad contemporánea, y para algunos el lugar más generalizado, dominante y
dinámico era en la industria de los medios de comunicación. El legado de la Escuela
de Frankfurt sobre la industria cultural no sólo fue una herramienta de análisis y de
estudio, fue una concepción de la cultura y de la comunicación en un periodo
histórico y social determinado, y la orientación hacia el estudio de la cultura de
masas, de la cultura popular y de los medios de difusión masiva fue parte del
desarrollo de una conceptualización en la cual se podía observar las transiciones de
la sociedad mediante las transformaciones de sus dimensiones simbólicas, y la
alteraciones que se gestaban y originaban al interior de diferentes estratos
espaciales como lo internacional y lo nacional.
Las transformaciones generalizadas en el mundo y en la industria de los
medios de comunicación a partir de la década de los noventa propiciaron una serie
de reacciones dentro de los estudios de la cultura y de la comunicación. De entrada,
las miradas giraron a entender la interrelación de procesos como la globalización.
Los estudios culturales comenzaron en Inglaterra a finales
del S. XIX con la creación de la sociedad denominada "Culture and
Society". Esta disciplina trata de comprender las identidades raciales,
nacionales, sociales y las de género. Es por tanto, un campo complejo y muy
amplio, difícil de delimitar. El objetivo de los estudios culturales es el de
examinar el modo en el que las relaciones influyen y dan forma a unas prácticas
culturales concretas. También se trata de estudiar la cultura y analizar el
contexto político y social en que se manifiesta.
La etapa de cristalización de los estudios culturales se
produjo en la década de 1960, dedicándose los estudiosos a la influencia de la
cultura difundida entre la clase obrera inglesa. Los defensores de los estudios
culturales trataban de mostrar el surgimiento de esta clase, recuperando de
este modo la acción, las preocupaciones y las experiencias de la población de
Inglaterra, cosa que había sido rechazada hasta ese momento. Los teóricos que
promovieron este movimiento fueron Raymond Williams (1921-1988), Edward P.
Thompson (1924-1993) y Richard Hoggart (1918). Estos veían la historia desde
una postura marxista, construida a partir de las luchas sociales y de la
interacción entre cultura y economía. Sus estudios se basaban en las relaciones
de poder y las estrategias de cambio social. También se centraban en la noción
de resistencia a un orden impuesto por el capitalismo como sistema fundamental
(Mattelart, 2004: 41).
Los principios de estos pensadores se verán plasmados en
la revista "New Left Review", y en clubs como el "New Left
Club". También contribuyó de forma especial el "Centre for
Contemporary Cultural Studies" de Birmigham (1964), que inició una forma de
aproximarse al estudio de la comunicación de masas. El interés del "Centre
for Contemporary Cultural Studies"se centra en analizar de forma
específica el aspecto social, el desarrollo de la cultura, las prácticas
sociales etc. En este centro comenzaron a estudiar las diferentes jóvenes
"subculturas", también se analizó la situación de los grupos
marginales como las mujeres o las comunidades de inmigrantes.
De esta forma, se
observa el rechazo de todas estas críticas hacia el legitimismo, las jerarquías
académicas, fijándose por el contrario en lo trivial, en lo cotidiano, en los
modos, derribándose así la noción de dominación social. Dentro de este sistema
los estudios culturales pretendían enfocarse en estos grupos de resistencia, en
este repertorio que se anteponía a la dominación. De esta manera, los
fundadores de los estudios culturales disuelven la cuestión de poder y
dominación. Estos plantearon una ruptura con el legitimismo, invirtiendo las
jerarquías culturales.
Mattelart en su libro sobre los estudios culturales
clarifica esto mismo:
Pensar en los contenidos ideológicos de una cultura no es
más que comprender en un contexto determinado en que medida los sistemas de
valores, las
representaciones que contienen, intervienen para estimular procesos de
resistencia o de aceptación del estatus quo, en qué medida discursos y símbolos
le otorgan los grupos populares una conciencia de su identidad y de su fuerza,
o participan del registro alienante de la aquiescencia a las ideas dominantes
(Mattelart 2004: 61).
Verdadera Consolidación
El Center for Contemporary Cultural Studies (CCCS) nace en 1964 en la Universidad de Birmingham. La
historia del centro ha sido un ejemplo de tensiones y de debates y tolo lo que
ha sido publicado en sus working papers no merece pasar a la posteridad. Momificar quince años de
investigación en una decena de autores y de libros canonizados sería olvidar el
desorden, la pasión y la efervescencia creadora que caracterizan los
"estados nacientes". La inteligencia emprendedora de los directores
sucesivos del centro ha consistido en saber hacer colaborar en unos programas
compartidos unos investigadores cuyas preocupaciones y referencias eran diferentes.
Del
marxismo althuseriano hasta la semiología, los miembros del centro han
compartido una atracción común por lo que el establishment universitario
llamaba entonces un "vanguardismo pintoresco". Esta atención prestada
a la renovación de los instrumentos del pensamiento crítico no ha caído nunca
en la ortodoxia. El centro ha sido un caldo de cultivo formado por
importaciones teóricas y bricolajes innovadores sobre objetos considerados
hasta entonces como indignos de un trabajo académico. Este centro de
investigación constituye una combinación original de compromiso social y de
ambición intelectual que ha producido durante más de una década una cantidad
considerable de trabajos.
Los Estudios Culturales norteamericanos
El surgimiento de los Estudios Culturales, en su origen inglés, es como un
proyecto democratizador y político que tenía como base el marxismo. “La “clase”
y la valoración de la cultura popular del proyecto inglés, mantenía una
tradición crítica inaugurada por teóricos disidentes del marxismo
economicista”. (Padilla, 2003, pág. 9) Es por el año 1963, y a sugerencia del
comunicólogo James Carey, que se empieza a adoptar el nombre Estudios culturales,
en los EEUU, con el fin de rotular y agrupar una serie de trabajos y de
experiencias académicas.
El auge de los estudios culturales en EEUU se presenta de una forma
acelerada, a pesar de que su surgimiento fue en el ámbito académico, dicho auge
proviene del crecimiento del objeto de atención: el boom en la escala de la
cultura popular y su importancia en la vida de las sociedades occidentales, en
especial a partir de los años 60. “Si se mide esta importancia en unidades de
tiempo (la televisión se ve en Norteamérica una media de más de cuatro horas
diarias) o en la lealtad emocional de sus audiencias, o en el volumen del
dinero que está en juego, la importancia es obvia. No es necesario ningún
determinismo para estar de acuerdo con la observación de que una condición
necesaria para el crecimiento del mercado comercial de los jóvenes fue el boom
económico que siguió a la segunda guerra mundial.
El éxito de las políticas keynesianas, los altos índices de empleo y las
negociaciones colectivas condujeron a un boom en el ingreso disponible de los
jóvenes en los países más privilegiados” (Padilla, 2003, pág. 9) Los estudios
culturales fueron transportados a Estados Unidos en los 70´s y en esa época
ocurrian una serie de acontecimientos que no podían ser menospreciados por el
desarrollo universitario de corrientes críticas,tales como conexiones con las
turbulencias europeas de los años sesenta, los movimientos por los derechos
civiles de los negros, el feminismo y las contraculturas. Aunado a eso, en la
época de los 80´s el país en la balanza se inclinaba por una política
derechista, ello se remarco con las elecciones posteriores, en las cuales el
triunfo lo obtuvo un partido conservador sumado a eso “las minorías étnicas y
el movimiento feminista se encontraban fragmentados y con serios problemas
internos” (Quirós, 2008, pág. 5) Frente a esta serie de conflictos los
estudiosos de la cultura empezaron a buscar en la cultura popular sintomas de
resistencia que no encontraban en la política.
En los EEUU, los Estudios Culturales surgieron básicamente como una
respuesta al dominio, en el mundo académico, de las ciencias positivistas y de
la conducta. Los estudios culturales empezaron por refutar hasta lo que en ese
entonces era el objeto de las corrientes acedémicas que se habian ocupado de la
cultura popular en EEUU. “Estos razonamientos formarán parte del ideario de
Estudios Culturales en Norteamérica y tendrán, a la comunicación y a los
medios, como objeto preferencial de sus estudios. Es por ello que aparecerán
cientos de trabajos empíricos que se agruparán bajo el nombre de Etnografías de
Audiencias, siendo el consumo el objeto teórico más destacado.” (Padilla, 2003,
pág. 6).
Los estudios de audiencia se basan en la aplicación de métodos,
fundamentalmente cualitativos, a grupos de personas que recepcionan mensajes
comunicacionales. Respecto a los Estudios Culturales de audiencias Repoll
menciona: “El estudio de las audiencias se convierte en una plataforma de
investigación de los procesos culturales de las sociedades massmediatiatizadas,
en las que el encuentro entre medios, textos y audiencias se demuestra como uno
de los terrenos mejor preparados y de mayor fertilidad para la comprensión de
la estructuración de la vida cotidiana, de la interrelación constitutiva entre
los procesos micro y macrosociales que allí se encuentran” (Repoll, 2010,
pág.89) El auge de los estudios culturales de audiencias fue en los años 80´s,
partiendo de dos hipotesis previas “que la audiencia es siempre activa y que el
contenido de los medios de comunicación es siempre polisémico o abierto a la
interpretación”. (Padilla, 2003, pág. 6).
Se desarrollan vertiginosamente y, se podría decir que surgen como
reacción a dos tipos de análisis. Por un lado, están contra el modelo
“base-superestructura” de Marx en donde se explicaba el mecanismo de la
dominación en base a una estructura mayor de determinación. Y por otro, contra
el textualismo que inundó los análisis culturales en términos de análisis del
discurso, alejado de la materialidad social. El enfoque de los estudios
culturales en los EEUU cambió, mientras que en el proyecto británico la mención
de las clases es de gran importancia para los estudios norteamericanos la clase
es una categoría ausente para reconocer y resolver problemáticas en Norteamérica.
Ferguson y Golding, arriesgan un intento de explicación a este hecho planteando
que “la clase, en el contexto norteamericano, se contempla fundamentalmente,
como el producto y la consecuencia de la empresa individual (iniciativa
privada) más que de una ubicación histórica, social y política configurada de
forma compleja” (Ferguson citado por Padilla, 2003, pág. 9).
Esto quiere decir que para los estudios nortemanericanos la lucha de
clases (marxismo) es el mal en sí mismo, deciden no retomarlo y dedicarse a
resolver otras problemáticas. Además que para los nortemaericanos toda la
población mantiene un porcentaje mayor perteneciente a la clase media y tratar
de comprobarlo sería en sí mismo una pérdida de tiempo mostrándose un tanto más
enfocados al análisis etnográfico.
En ese sentido los Estudios Culturales de Norteamérica forman parte de
los Estados Unidos, que es la región donde han alcanzado un nivel más elevado
de institucionalización y donde cursos, licenciaturas y doctorados mantienen un
rango más engrandecido de estudiantes. Es también el país que produce más
publicaciones que se demandan está corriente; en Norteamérica el referente
principal es Fiske y su idea de cultura como resistencia. (Quirós, 2008) Uno de
los máximos representantes de estos estudios en EEUU fue James Lull, quien
propone estudiar a las audiencias mediante un método etnográfico caracterizado
por un empirismo cualitativo. Y plantea que es a partir de las identidades,
intereses y roles articulados en la vida familiar, que los sujetos
consumen/decodifican/resignifican los mensajes de la televisión (…) los medios
de comunicación, y en concreto los programas de información y entretenimiento,
se convertirán en objetos privilegiados de estudio. Lo mismo ocurrirá con la
introducción de dos nuevas variables de análisis: las nociones de género y de
raza.” (Lull citado por Padilla, 2003, pág. 10).
Otra de las figuras centrales de los Cultural Studies estadounidenses es
Fredric Jameson, profesor de literatura y teoría en Duke University y prolífico
analista y escritor de temas claves sobre la postmodernidad; escribió El
postmodernismo y la lógica cultural del capitalismo avanzado donde Jamenson
entiende la interpretación global del postmodernismo como lógica cultural del
capitalismo avanzado, o sea, lo entiende como los hilos conductores de la
cultura actual con profundas raíces en el sistema económico que vivimos y
sufrimos en una cierta parte de la tierra. (Reguillo, 2004) Desde el feminismo
(perspectiva fundamental en los estudios culturales) Donna Haraway ha trabajado
la figura del cygborg como una figura política que señala la ilusión óptica que
separa la ciencia ficción de la realidad. Su “Manifiesto Cyborg” es un
documento interesante para calibrar la renovación de la crítica al pensamiento
conservador que tiende a “naturalizar” y en tal sentido, a deshistorizar las
categorías a través de las cuales pensamos el mundo. (Reguillo, 2004) Esté giro
etnográfico en los estudios culturales se produce a partir de la influencia de
los debates originados en la antropología, especialmente con los trabajos de
Clifford y Marcus, en la línea de lo que se denomina etnografía posmoderna o
“autorreflexiva”. De alguna manera, la etnografía se transformó en moda en el
campo académico y se alejó del interés por las cuestiones de determinación
socioeconómica. (Padilla, 2003)
Latinoamérica y los Estudios Culturales
Los estudios culturales se presentan como un campo intelectual diverso,
interdisciplinario y político. En América Latina la marca de lo político a partir
de los años treinta ha sido tradicionalmente marxista y se institucionalizó en
1959 con la revolución cubana y los movimientos revolucionarios de los años
sesenta y setenta. Estos movimientos crearon una narrativa continental que
imagina a América Latina como unidad y que se ocupa de la relación entre la
cultura y los destinos políticos. La marca de lo cultural en los movimientos
revolucionarios latinoamericanos es notable y determina tanto lo político como
lo literario. Aunque las artes no literarias no lograron tener la misma
visibilidad mundial que el boom literario, este vínculo entre la política
“revolucionaria” y la producción artística, también es muy evidente en obras de
teatro, música popular, cine, etc., de la época. Los debates sobre la relación
entre literatura y revolución como el originado a causa del caso Padilla en
1971, interpelaron a intelectuales y artistas de todo el continente a definirse
en términos no sólo intelectuales sino también políticos.
La genealogía de los estudios culturales latinoamericanos es múltiple.
Su formación se puede pensar como un proceso de retroalimentación constante
entre diferentes grupos de la sociedad civil, modos culturales populares,
instituciones culturales, estados nacionales, corrientes de pensamiento internacionales
y continentales.
Algunos momentos importantes en el desarrollo de los estudios culturales
latinoamericanos son:
1] La tradición ensayística latinoamericana de los siglos XIX y XX;
2] La recepción de los textos de la Escuela de Frankfurt, del Centro de
Estudios Culturales Contemporáneos de Birmingham y los del posestructuralismo
francés
3] La relación horizontal (sur-sur) con desarrollos intelectuales y
proyectos académicos de otras áreas geográficas como los estudios del
subalterno y el poscolonialismo;
4] El desarrollo de una agenda de investigación en estudios culturales
latinoamericanos en Estados Unidos –esta agenda de investigación está
relacionada con movimientos sociales de políticas de identidad: feminismo,
movimientos chicano y afroamericano, militancia gay y con su importante papel
en la incorporación de teoría crítica multidisciplinaria y en su
cuestionamiento de cánones y epistemologías–. Es fundamental la participación
de académicos latinoamericanos que trabajan en las universidades de ese país.
Entre los principales intelectuales de los Estudios Culturales
latinoamericanos se pueden mencionar tres:
PRINCIPALES AUTORES
TEMÁTICAS ABORDADAS
PRINCIPALES TENDENCIAS
INFLUENCIAS QUE HAN TENIDO DE OTROS PAÍSES
Fernando Ortiz
Creó el
término transculturación; lo hizo en otro de los clásicos del pensamiento
latinoamericano: Contrapunteo cubano del tabaco y del azúcar (1940,1963).
Ortiz se
plantea la necesidad de encontrar una nueva palabra que de mejor cuenta del
proceso propiamente americano de mezcla e intercambio de hábitos y culturas.
Richard
Slimbach, autor de “The Transcultural Journey”
Jeff Lewis “De
Culturalismo a Transculturalismo”
Néstor García Canclini
Propone que el
espacio cultural latinoamericano y los circuitos transicionales están
inmersos en las construcciones imaginadas sobre la identidad de nosotros y de
los otros; la élite latina construye la ciudad en semejanza a las grandes
metrópolis europeas y estadounidenses, mientras que el resto del pueblo
pretende sobrevivir con sus tradiciones en el proceso modernizador.
García
Canclini plantea entonces una reflexión relacionadas con nuestro papel como
latinos en un mundo ‘globalizado’, con un discurso civilizador y
homogenizante, que se consolida a partir de los procesos comunicacionales que
tiene cada región.
Jesús Martín Barbero
un análisis de
la cultura como mediaciones, el estudio de la globalización desde la
semiología, la relación de los medios con sus públicos, y en espacial la
maneras como esto los interpretan, que estudió específicamente para el caso
de las telenovelas enLatinoamérica
Su obra más
relevante es De los medios a las mediaciones donde mira el otro lado del
proceso de la comunicación llamado recepción, conformado por las resistencias
y las variadas formas de apropiación de los contenidos de los medios. La
comunicación se hace así cuestión de cultura, que exige mirarlo mediante un
contexto más amplio, teniendo en cuenta las distintas redes que se configuran
y los procesos que allí tienen lugar.
Recalca
diferencias entre lo masivo y lo popular, dando paso a nuevas lecturas sobre
este último concepto en la posmodernidad
Bibliografía consultada en la información de este blog
Barbero, M. (1987). De los medios a las mediaciones : comunicación, cultura y hegemonía. México: Gustavo Gili S. A.
Borja, L. (2015). Aproximación a los estudios culturales.Universidad de El Salvador, Facultad Multidisciplinaria de Occidente, Departamento de Ciencias Sociales, Filosofía y Letras.
Fumero, P. (enero-junio de 2010). Los Estudios Culturales en Centroamérica: El Doctorado en Estudios de la Sociedad y la Cultura. Tabula Rasa (12), 293-313
Lara Martínez, R. (2014). Artes de la lengua náhuat-pipil (estudios lingüísticos) (1°Ed.). San Salvador, El Salvador:Editorial Universidad Don Bosco.
Marroquín Parducci, A. (2009). Contrapunto y fuga de la patria chica. En Jesús Martín Barbero (coord.), Entre saberes desechables, y saberes indispensables, (pp. 69-71). Bogotá, Colombia: Friedrich Ebert Stiftung.
Quirós, F. (2011). De críticos a vecinos del Funcionalismo. Los Estudios Culturales, 1-12.
Restrepo, E. (s.f.). ESTUDIOS CULTURALES EN AMÉRICA LATINA. Revista de Estudios Culturais. Obtenido de http://www.ram-wan.net/restrepo/documentos/eeccs-en-al.pdf
Rosas Pineda, K. (2013). Genealogía de Estudios Culturales. Razón y Palabra.